Existe una delgada línea entre el derecho de una persona a la libre expresión y el derecho de proteger el buen nombre de una persona. Usualmente es difícil determinar cuales comentarios personales son correctos y cuales se desvían de la ley de difamación.
La palabra “difamación” se refiere a un acto que comprende cualquier declaración que dañe la reputación de alguien. Cuando la declaración es por escrito y publicada, la difamación es conocida como “calumnia”. Cuando la declaración es dañina, se le llama “injuria”. El gobierno no puede simplemente mandar a prisión a alguien por hacer una declaración difamatoria debido a que no es considerado un crimen. Sin embargo, la difamación puede ser una mala acción civil o un agravio. La persona que sufrió la declaración difamatoria podría demandar a la persona que hizo la acotación o declaración de acuerdo a la ley de difamación.
La ley de difamación tiene una línea delgada del derecho a la libertad de expresión al derecho de una persona de evitar la difamación. Las personas podrían ser libres de hablar acerca de su experiencia de una manera honesta sin el miedo de ser acusados de decir algo malo, pero verdadero acerca de alguien. Pero la gente también tiene derecho de que no se le hagan declaraciones falsas que puedan dañar o afectar su reputación. El discurso es vital para una sociedad libre y mientras más abierto y honesto sea el discurso, mejor para la sociedad.
Elementos de Demanda por Difamación
La ley de difamación se altera cuando usted cruza límites de estado pero hay algunas leyes que son universalmente aceptadas como estándares que hace a las leyes las mismas en cualquier lugar en que este. Cuando usted crea que ha sido víctima de alguna observación difamatoria, ya sea que se trate de calumnia o injuria, entonces puede tramitar una demanda para recuperarse. Básicamente, para ganar su caso, debe probar las siguientes condiciones:
- Que alguien hizo una declaración u observación;
- Que la declaración fue publicada;
- Que la declaración le ha causado daño;
- Que la declaración fue falsa; y
- Que la declaración no estaba clasificada dentro de ninguna categoría privilegiada.
Para conocer lo que tiene que hacer para ganar su caso por difamación, a continuación los elementos esenciales que debe saber:
La Declaración: La “declaración” debe ser verbal o hablada, escrita, o expresada de alguna manera. Puesto que la palabra o palabras habladas usualmente desaparecen rápidamente de la memoria, la injuria es usualmente considerada menos dañina en comparación a la calumnia.
La Publicación: De manera que la declaración sea considerada como publicada, un tercero debió haber leído, visto, o escuchado la declaración difamatoria. El tercero es alguien aparte de la persona quien hizo la declaración y el sujeto de la declaración. Es diferente de el significado tradicional del término “publicado”, la declaración difamatoria no necesita estar impresa en cierto libro. En lugar de eso, cuando la declaración es escuchada en la televisión o vista garabateada en la puerta de alguien, entonces es considerado como “publicada”.
Lesión: Para tener éxito en un caso por difamación, la declaración debe probarse que ha causado daño o lesión al sujeto de la declaración. Significa que la declaración debió haber dañado la reputación del sujeto de la declaración. Por ejemplo, la declaración causó lesión cuando el sujeto de la declaración perdió su empleo debido a la declaración.
Falsedad: La ley de difamación considera las declaraciones difamatorias cuando son, por hecho, falsas. Una declaración verdadera, sin importar qué tan dañina sea, no podría ser considerada difamación. Aparte de esto, debido a su naturaleza, las declaraciones de opinión no podrían ser consideradas falsas puesto que son subjetivas al locutor.
No privilegiada: Finalmente, para que la declaración sea considerada difamatoria, debe ser no privilegiada. Los legisladores decidieron que uno no puede tramitar un caso por difamación en situaciones en donde la declaración es considerada privilegiada. Por ejemplo, si un testigo testifica en un juicio y hace una declaración la cual es tanto falsa como dañina, el testigo será exento o protegido a una demanda por difamación puesto que el acto de testificar en un juicio es considerado privilegiado.
Incluso si una declaración es privilegiada o no privilegiada, es una decisión de política que recae en los legisladores. Los legisladores deberían contrapesar y equilibrar la necesidad de evitar la difamación en contra de la significancia de que la persona que está haciendo la declaración tiene la capacidad de libertad de decir lo que él o ella quiera.
Los testigos que se presentan en un juicio son buenos ejemplos. Si un testigo está dando su testimonio, nosotros, como sociedad, nos queremos asegurar que el testigo de su versión completa de todo sin miedo a decir algo difamatorio. De igual manera, los legisladores están protegidos de demandas por difamación como resultado de otorgar declaraciones hechas en la cámara legislativa o en materiales oficiales.
Medios Sociales y Difamación
Conforme surgen los medios sociales, hoy en día es más fácil hacer declaraciones difamatorias. Esto es debido a que los servicios de medios sociales tales como Facebook y Twitter le permiten a usted “publicar” instantáneamente algunas declaraciones que pueden alcanzar a miles de personas. Ya sea que se trate de una entrada en un blog o actualizaciones de estado de Facebook, o un video de YouTube, la difamación en línea es tratada de la misma manera que los tipos tradicionales. Esto significa que usted puede ser demandado por cualquier declaración difamatoria que coloque en línea.
Cargas Mayores por Difamación con Oficiales y Figuras Públicas
El gobierno trata con alta prioridad sobre el público en general quienes están permitidos a hablar lo que piensan acerca de sus oficiales elegidos y otras figuras públicas. Las personas, que están en el ojo público, reciben protección menor de declaraciones difamatorias y enfrentan la carga cuando intentan ganar un caso por difamación.
Cuando el oficial es valorado de una manera dañina y falsa por algo que está asociado a su conducta o comportamiento en su oficio, el oficial debería probar todos los elementos mencionados previamente acerca de la difamación ordinaria, y también debería probar que la declaración fue hecha con “malicia real”.
“Malicia real” fue descrita en un caso de la Suprema Corte que fue decidido en 1964, Hustler v. Falwell. En dicha demanda, la corte respaldó que algunas declaraciones que fueron de otra manera difamatorias, eran inmunes por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. La corte afirmó que la sociedad norteamericana posee un “profundo compromiso nacional al principio de que el debate sobre asuntos públicos debería ser desinhibido, robusto, y ampliamente abierto”.
De Acuerdo a la Corte, los oficiales públicos podrían ganar en una demanda difamatoria sólo cuando la declaración hecha no fue un error honesto y fue publicado con la intención real o a propósito para dañar a la figura pública. La Corte afirmó que la malicia real podría sólo suceder cuando la persona que está haciendo la declaración sabía que la declaración no era verdadera en el momento en que él o ella la hizo, o tuvo una indiferencia imprudente sobre si fue verdad o no.
Para otros que estén en el ojo público pero que no son oficiales públicos, las leyes de difamación son también diferentes. Estas personas tales como estrellas de películas y celebridades también deberían mostrar, en la mayoría de las situaciones, que las declaraciones difamatorias fueron hechas con malicia real
La libertad de expresión tiene menos significado si la declaración es hecha acerca de una persona en particular debido a que la declaración podría no ser de un asunto de significancia pública. Conforme a lo mencionado anteriormente, una persona privada no tiene necesidad de probar que la persona que hizo la declaración actuó con malicia real para ganar en sus casos por difamación.