La conducta imprudente puede ser la base para una demanda por lesiones personales. También puede ser la base para una acusación criminal. Se dice que una persona es imprudente cuando él o ella actúa con la mayor indiferencia por la seguridad de otros aunque él o ella este totalmente consciente (o esté obligado a haberlo sabido) que su conducta puede dañar a otros. Si alguien es lesionado como resultado de la conducta imprudente, la persona será responsable por las lesiones.

La persona puede ser responsable por las lesiones causadas por su conducta bajo cuatro diferentes teorías.

• Intención o voluntad: La conducta de la persona fue intencional y produjo lesión a otra persona.

• Imprudencia: La persona estaba consciente (o debió haber estado consciente) que su conducta causará lesiones a otros.

• Negligencia: La persona quebrantó su deber de cuidado lesionando por tanto a otros.

• Responsabilidad estricta: La persona será responsable por las sesiones sin importar su estado mental. Esto es aplicable sólo en ciertas situaciones.

La conducta temeraria o imprudente es más que simple negligencia. La conducta temeraria es conducta intencional sin la intención real de lesionar pero con el conocimiento (expreso o implícito) que la conducta lesionará a otros.

Cada estado posee leyes que prohiben específicamente ciertos tipos de conductas imprudentes. Una persona imprudente es considerada como una maldad social que pone en peligro la seguridad de otros. Si usted ha sido lesionado por la conducta imprudente de alguien más, puede reclamar compensación por:

• Dolor y sufrimiento
• Sueldos perdidos
• Gastos médicos
• Costos de rehabilitación

Ciertas categorías de personas y partes que son generalmente inmunes a reclamos de negligencia simple pueden resultar responsables por conducta temeraria.

Imprudencia

La imprudencia es la conducta que crea un mayor grado de riesgo que aquel creado por la simple negligencia. La revisión la describe así:

“La conducta del actor se encuentra en indiferencia imprudente de la seguridad de otro si él realiza un acto o intencionalmente no hace un acto del cual es su deber hacer para con el otro, sabiendo o teniendo razón para saber de los hechos que conducirían a un hombre razonable a realizarlo, no sólo que su conducta crea un riesgo irracional de daño físico a otro, sino también que dicho riesgo es sustancialmente mayor que aquel que es necesario para hacer de su conducta negligente.”

A diferencia de la causa de acción de negligencia, la negligencia Contributoria del demandante no opera como una defensa para la conducta imprudente del acusado. La defensa de la aceptación del riesgo, sin embargo, podría ser una defensa para la causa de acción basada en imprudencia.

Ejemplos de comportamiento imprudente incluyen:

• Manejar ebrio
• Acelerar en zona escolar
• Mantener un arma de fuego sin seguro al alcance fácil de los niños

¿Qué Constituye la Imprudencia?

Una conducta imprudente es una conducta que es un acto que es intencional y hecho con el conocimiento (expreso o implícito) de que la conducta puede lesionar a otro. La conducta es irracional y es significativamente mayor que la simple negligencia. La persona debe saber o tienen la obligación de haber sabido que la conducta puede lesionar a otros.

La imprudencia no es lo mismo que negligencia. La negligencia es la falta de cuidado o incompetencia. Pero la imprudencia es conducta intencional que implica un mayor riesgo que la negligencia.

La mala conducta imprudente y la ofensa intencional son dos asuntos separados. En la imprudencia, la persona cuya conducta es imprudente no tiene la intención de realmente lesionar o dañar a alguien más por la conducta. En pocas palabras, la conducta es intencional pero la lesión resultante o daño no lo es.

Reclamos por Imprudencia

Los reclamos por lesiones que surgen por la conducta imprudente se basan en la ley de agravios. En el agravio, la conducta imprudente también se le conoce como “mala conducta desconsiderada e intencional”, “negligencia intencional” o “negligencia desconsiderada e intencional”. En adición a la compensación por dolor y sufrimiento, sueldos perdidos, gastos médicos y costos de rehabilitación, algunos estados permiten a la víctima también reclamar gastos legales al acusado en un reclamo por imprudencia.