Aunque el defecto en la fabricación es un defecto que los productores no tenían intención, un defecto de manufactura o fabricación es aquel que puede ser reclamado en un caso por responsabilidad de producto. La Reformulación (Tercera) De Agravios estipuló que la responsabilidad de producto se refiere a los productos que tienen un defecto de la fabricación cuando el producto se desvía de su diseño pretendido a pesar de que se aplica todo el cuidado posible durante la preparación y comercialización del producto.

Un ejemplo de defecto de fabricación es un sistema de frenado de vehículos que no funciona adecuadamente que resulta en un accidente sufrido por el demandante. Aunque el fabricante del vehículo no tenía la intención de que los frenos fallaran, la regla de responsabilidad estricta en la ley de responsabilidad de producto hace al fabricante legalmente responsable.

el demandante podría tener dificultad en probar que el producto causó las lesiones. Por ejemplo, si el auto tenía algún defecto en su sistema de frenado, también podría ser la pobre reacción del conductor a situaciones de manejo lo que pudiera haber sido la causa real del accidente. Más aún, hay algunas situaciones en donde es difícil que el demandante demuestre que un defecto causó el accidente debido al daño al producto. El auto podría quedar severamente dañado durante el accidente de manera que no sea posible probar que causó realmente que ocurriera el accidente.

Hay ocasiones en que el demandante puede depender de la “doctrina de mal funcionamiento” para probar su caso. De acuerdo esta doctrina, si las circunstancias del accidente demuestran que un defecto causo el accidente y el demandante puede proporcionar evidencia que puede eliminar otras causas, entonces, el demandante puede mostrar causalidad incluso si el producto quedó destruido o severamente dañado. Esta doctrina es la misma que la aplicación de res ipsa loquitir en la ley de negligencia.